miércoles, 4 de abril de 2012

Luces y sombras del e-gobierno

Según las previsiones, hacia el año 2014, los National Archives and Records Administration (NARA) de los Estados Unidos alojarán 35 petabytes de datos electrónicos. Desde el punto de vista del mero almacenamiento, esto no es un problema, puesto que las compañías que desarrollan dispositivos de almacén están elaborando productos o servicios con capacidad cada vez mayor y con costes presumiblemente menores. El problema real reside en el hecho de que no basta almacenar los datos, hay que gestionarlos, mantenerlos de manera auténtica, ejecutar sobre ellos procesos tanto archivísticos (valoración, clasificación, descripción, acceso, etc.) como tecnológicos (conversión, migración, refresco, copia de seguridad, etc.), y realizar tales procesos sobre 35 petabytes de datos es un empeño en el mejor de los casos extremadamente complicado, y, en el peor, simplemente imposible por exceder la escala humana. Sin embargo, NARA también ha anunciado que, en virtud de un convenio con el Texas Advanced Computing Center (TACC), la gestión de tales datos, al menos en lo que concierne a su futura usabilidad, a su visualización y acceso, el volumen ya no será un problema. Es decir, las tecnologías, que han generado un conflicto de escala, han venido a constituir también una solución a ese conflicto. Puede consultarse información, optimista toda ella, acerca de esta situación en muy diversas URLs, por ejemplo: http://www.utexas.edu/features/2011/04/11/tacc_archives/, http://www.futurity.org/science-technology/picture-digital-data-on-a-massive-scale/, http://www.nsf.gov/discoveries/disc_summ.jsp?cntn_id=119074&org=NSF, http://www.livescience.com/13406-glimpse-archives-future-bts-110325.html, http://www.isgtw.org/visualization/archival-analysis-art, http://www.youtube.com/watch?v=sMc8Hq6KWPc.
Sin embargo, todas estas aventuras parten de la petición de principio de que entre el sistema de producción y el sistema de conservación existe una separación y un proceso de transferencia, y de que es función del sistema de conservación el proporcionar acceso a los datos que alojan. Es una petición de principio legítima, pero olvida que esos petabytes de datos no son mera información, sino evidencia de transacciones. Somos de la opinión de que las tecnologías han comprometido seriamente la noción de evidencia en diversos sentidos que hemos explicado en otros lugares; aunque también somos de la opinión de que estas tecnologías que han comprometido la noción de evidencia pueden contribuir a restituirla, incluso con los mecanismos disponibles en el actual estado del arte. Sin embargo, creemos que la línea emprendida por NARA y TACC, si bien útil, no es la correcta a efectos de provisión de evidencia. No se puede garantizar la misma a posteriori, sino conectando de manera inmediata el sistema de producción y el de conservación, y para esto no se necesitan proyectos multimillonarios, sino tecnologías tan habituales como la provisión de servicios web o el uso de APIs de libre utilización, muy similares a las que se pueden usar para conectar Facebook y Twitter. Somos de la opinión de que es en esta línea integradora en la que debería avanzar la investigación, más que en la clonación del distanciamiento físico.

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