martes, 5 de abril de 2011

Buenas prácticas en digitalización de documentos

Se ha convertido en una práctica frecuente por parte de los grandes depósitos culturales –bibliotecas, archivos, museos- el digitalizar de manera masiva sus colecciones, o parte de las mismas, y ponerlas a disposición de sus usuarios a través de Internet. Menos frecuente, sin embargo, es el hecho de que estas instituciones documenten, más allá de probables protocolos internos, el modo en que llevan a cabo este proceso de digitalización que, siquiera por sus costes, es cualquier cosa menos trivial: flujos de tareas, control de calidad, selección de piezas a digitalizar, metadatos que se le deben asignar y modo de asignarlos, etc., son todas ellas cuestiones que deben quedar minuciosamente resueltas por escrito antes de lanzarse a la carrera de la digitalización, pero no siempre se hace así. En este sentido, es loable la iniciativa de la Biblioteca Nacional de España de publicar la versión 3.0 de febrero de 2011, en el que describe el protocolo a seguir para digitalizar los fondos que componen la Biblioteca Digital Hispánica. Por supuesto, todo documento de este tipo está sujeto a opinión, pero tanto su misma divulgación como el hecho de que en algo más de treinta páginas deje delineados todos los puntos clave del proceso de digitalización son circunstancias que hablan muy a favor de la Biblioteca.

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