miércoles, 4 de abril de 2012

¿Nuevas políticas de adquisiciones en las bibliotecas?

En el ámbito bibliotecario, todos están pensando nuevos modos de ofrecer servicios que puedan competir físicamente con los espacios virtuales de información: se sigue promocionando la lectura, aunque tal promoción muchas veces se ha convertido en un fin en sí misma; se han creado bibliotecas como espacios multiculturales; o se ha incrementado el volumen de recursos físicos a prestar (desde CDs de audio o DVDs a, de manera más reciente, dispositivos e-readers, o, suponemos, dentro de poco, juegos para la Play 3 o para la Wii). Teniendo en cuenta el período de crisis económica por el que pasamos, queremos proponer, sin embargo, una alternativa que, lejos de suponer un paso atrás, constituye simplemente un nuevo modo de concebir el carácter público del espacio físico de la biblioteca. Partamos de una doble petición de principio: por una parte, aún existen, y no pocos, lectores de libros físicos, de mejor o peor calidad; por otra, prácticamente todo lo que se puede encontrar en una biblioteca física se puede encontrar, de manera más o menos regular o irregular, en Internet. Bien, si cruzamos estas dos peticiones de principio, ¿sería descabellado el argumentar la posibilidad de que las políticas de adquisiciones de la biblioteca se orientaran hacia la creación de nuevas “bibliotecas de salón”, de centros orientados a aquellos segmentos de la población que no utilizarían Internet, sino más bien el espacio físico, para la obtención de información en soporte físico, bien muy mayoritaria, bien muy minoritaria?

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